ALVAREZ TABOADA JOSE MARÍA: crítico de prensa
La mejor improvisación. Un viejo maestro de la oratoria, al que una auditoria entusiasmada felicitaba reiteradamente elogiando su gran capacidad para improvisar, dijo un buen día que "la mejor improvisación es una buena preparación". Pues bien, como en el caso del laureado profesor, la gran virtud de esta artista singular del hiperrealismo que es Montserrat Cantí Pijoan, no es otra que la de haberse preparado escrupulosamente para lograr el objetivo de su vida: ser una pintora en toda la aceptación de la palabra. A sus veinticinco años, Montserrat, sabe del gran peregrinaje realizado por galerías y museos. Conoce a la perfección las distintas técnicas pictóricas partiendo de un intenso aprendizaje del dibujo iniciado en su natal L´Espluga de Francolí (Tarragona) y los denodados esfuerzos que realizó para conseguir un sin fin de premios, tales como los otorgados por el Ministerio de Cultura.
En el Círculo Artístico "Sant Lluc, donde se matriculó en 1983, Montserrat Canti dejó la impronta de su personalidad y de su afán creativo, sin olvidar el estudio profundo de las técnicas más depuradas. Si para muestra, como dicen, basta un botón, podríamos remitimos a la primera obra importante - y eso que creemos que todas las suyas lo son realizadas por Montserrat, como es el retrato del señor Carulla, director fundador del Museo de L´Espluga de Francolí y que se remonta ya a 1982.
Si es cierto que toda comparación puede resultar odiosa, pensamos que, aun salvando las distancias de época y estilo, la pintura de Montserrat Cantí está llamada a alcanzar la notoriedad de la salida del genio creador de Lola Anglada. Y si no, al tiempo.